KITE ha sido diseñado con la colaboración de una empresa dedicada a la fabricación de redes de pesca (Nitto Seimo) y se compone de filamentos de acero y aluminio, y es capaz de generar electricidad cuando interactúa con el campo magnético de la Tierra.
Ciudad de México, 11 de diciembre (SinEmbargo/TICbeat).- Desde que los soviéticos lanzaron en 1957 el satélite Sputnik, se estima que los alrededores de la atmósfera terrestre han ido almacenando unos 100 millones de fragmentos de basura espacial: restos de antiguos satélites fuera de servicio, partes de cohetes y herramientas usadas por los astronautas. Todo este material se desplaza a enormes velocidades, de hasta 28 mil kilómetros/hora, por lo que suponen un potencial peligro para toda actividad humana en el espacio, así como para el funcionamiento de las telecomunicaciones satelitales del planeta.
Para hacer frente a este problema, la JAXA (la agencia espacial japonesa) lanzó ayer la nave Kounotori 6 desde la isla de Tanegashima, la cual no sólo transporte suministros destinados a la Estación Espacial Internacional, sino que también incorpora un novedoso recolector experimental de basura espacial denominado Kounotori Integrated Tether Experiment (KITE).
Este recolector, que consiste en una especie de soga (técnicamente un cable electrodinámico de 700 metros de largo, el equivalente a seis campos de fútbol), podría desplazar todos los fragmentos puestos en órbita por el hombre con el fin de ir acercándolos a la atmósfera, con el fin de que terminen volviendo al planeta y desintegrándose en el proceso.
KITE, ha sido diseñado con la colaboración de una empresa dedicada a la fabricación de redes de pesca (Nitto Seimo) y se compone de filamentos de acero y aluminio, y es capaz de generar electricidad cuando interactúa con el campo magnético de la Tierra. Esto permitirá ralentizar el movimiento de los deshechos y facilitar su desplazamiento hacia la atmósfera.
Nitto Seimo ha estado trabajando 10 años en colaboración con la JAXA para sacar adelante este proyecto. Uno de los directivos de la compañía, Katsuya Suzuki, explicó a Bloomberg que su fabricación “fue extremadamente difícil. Al principio sólo pudimos fabricar unos 20-30 centímetros. No fue hasta 2010 cuando por fin logramos hacer varios cientos de metros”. Sin embargo, no pueden dormirse en los laureles, dado que el lanzamiento de hoy ha sido únicamente una primera prueba: se espera que la versión definitiva del recolector de basuras mida 10 kilómetros de largo.